Uno de los aparatos
con los que trabajamos en Clínica Piqueras para el tratamiento de diversas patologías
es la terapia láser a baja frecuencia
(Low level laser therapy, LLLT).
Con el uso de esta
terapia en la rehabilitación
de lesiones mecánicas/inflamatorias se consiguen
excelentes resultados, además de ser indolora y de rápida actuación. El ejemplo
que os presentamos es una tendinitis.
La aplicación de terapia láser a baja
frecuencia produce dos efectos: el primario,
es un aumento del metabolismo de la zona, propiciando que los mecanismos de autoregeneración del propio cuerpo sean
más rápidos. El efecto secundario, es la
producción de calor en planos profundos
de la zona, el cual genera a su vez un efecto
analgésico potente. Es por ello que estas sesiones origina un alivio
inmediato, aunque no perdura.
Para que el efecto
primario sea efectivo y duradero, es necesaria una tanda completa de entre 7 y 10 sesiones, en función de la
evolución, con menos solo conseguiríamos un efecto transitorio, más producido
por la analgesia del calor. Es importante señalar que este es un tratamiento enfocado a la consecuencia de
una patología, no a su origen. Si este fue un evento traumático o agudo:
una caída, un gesto inusual, el problema quedará solucionado. Sin embargo, si
la causa es crónica, un defecto de la pisada por ejemplo, el problema podría
repetirse si no combinamos la terapia de láser sobre la consecuencia con otro
tratamiento sobre el origen.