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Sea cual sea
el lugar elegido es una época, en la que, aunque las vacaciones son para
descansar, los pies sufrirán largas
caminatas por la montaña, algunos cambiarán el calzado cerrado por sandalias o
incluso se andará descalzo por la playa, además de estar muchas horas de pies.
Si durante
todo el año es muy importante el cuidado de los pies, en los días previos a
este periodo vacacional es fundamental para que nada arruine estas jornadas de
disfrute. Por ello, es básico realizar
una revisión podológica personalizada, según el doctor Miguel Muñoz
Piqueras “esta visita al podólogo garantiza una saludo óptima y un estado de
los pies adecuado”.
Entre los cuidados habituales, se recomienda
realizar una higiene de los pies
correcta. A continuación hay que secarlos muy bien e hidratarlos con una crema
hidratante. Las uñas tienen que estar
cortadas adecuadamente y este debe ser recto y siguiendo la línea natural
de la uña. Si en esta rutina habitual se descubre una uña encarnada u otras patologías (como una infección por hongos)
hay que visitar al podólogo.
A estos hábitos de
higiene hay que sumarle un calzado
adaptado a la actividad que se vaya a realizar. Para las caminatas es
aconsejable un calzado cómodo, con suela gruesa y flexible. Y si se va a
estrenar calzado es recomendable utilizar algún tipo de crema para evitar las
rozaduras. Los calcetines o medias deben ser preferiblemente de algodón,
ya que absorben mejor el sudor y permiten una mayor transpiración.
Si pese a estas
recomendaciones aparecen ampollas, se
recomienda que sean intervenidas por un podólogo
porque no todas se pueden quitar y esto dependerá de varios factores como su tamaño,
localización o composición.
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